February 22, 2006
Estado de Bienestar
February 21, 2006
La dignidad de Pilar Manjón
Recibo de Ricardo J Royo-Villanova y Martín (A sueldo de Moscú) la noticia que, por su interés, transcribo íntegramente:
Pilar Manjón: “¿Es que Esperanza Aguirre no recuerda que los atentados del 11-M se cometieron en la Comunidad de Madrid?
Esta mañana, como en otras ocasiones, Pilar Manjón ha dado una lección de dignidad y civismo. Esta vez ha sido en Rivas Vaciamadrid, desde donde ha interpelado a Esperanza Aguirre para preguntarle si no recuerda que los atentados del 11 de marzo se cometieron en la Comunidad de Madrid; para preguntarle si no recuerda que murieron 192 madrileños y madrileñas, si no recuerda que casi dos mil madrileños y madrileñas resultaron heridos. Porque parece que la presidenta no lo recuerda y se ha negado a otorgar ninguna subvención de la Comunidad a la Asociación de Afectados por el Terrorismo 11-M, que es la que agrupa a la mayor parte de las víctimas de marzo de 2004.
“Va a comenzar la vista oral del proceso por los atentados del 11-M, con una duración prevista de 10 meses, y la asociación que agrupa a la mayor parte de los afectados no tiene un duro para pagar a los penalistas que van a representar a cada una de las víctimas, para pagar los gastos que el proceso ocasione”, ha señalado Pilar Manjón esta mañana en Rivas Vaciamadrid.
El asunto es especialmente indignante, porque revela la miseria moral y el sectarismo de Esperanza Aguirre y de su equipo, que ha concedido subvenciones millonarias a asociaciones de víctimas sin representatividad alguna, pero de obediencia popular, y las ha negado a quien realmente las necesita, puesto que, por no poder, casi no pueden ni hacer frente a los gastos que les ocasione su derecho inalienable a acusar en los tribunales a quienes han asesinado a sus familiares, a quienes les han causado graves heridas con importantes secuelas, a quienes, en definitiva, les han destrozado la vida.
Como es especialmente indignante que se les haya denegado a las verdaderas víctimas del 11-M, que en su mayor parte están integradas en la asociación que preside Pilar Manjón, que se presenten como acusación popular en el proceso contra los asesinos de sus hijos e hijas, de sus maridos, de sus mujeres, de sus hermanos, porque la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuyo interés en este proceso no es real sino puramente político y partidista, se les adelantó en su momento y ahora la Audiencia les obliga a acumular las acusaciones.
Por este motivo han decidido presentarse cada uno de ellos como acusación particular. Eso no se les puede robar. Pero eso cuesta un ojo de la cara y no lo tienen. Han pedido ayuda a su Comunidad Autónoma, presidida por Esperanza Aguirre, y se la han denegado porque resultan políticamente incómodos. No obedecen, como obedecen otros. Respetan a sus muertos y no los ponen al servicio de los intereses del Partido Popular, como hacen otros. Y por eso, la Comunidad de Madrid, la institución democrática que debía representar sus intereses como madrileños les abandona a su suerte, les deja desamparados.
Por eso, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid ha decidido dar un paso importante y espera que en un futuro no muy lejano otros Ayuntamientos gobernados por gente decente que hace dos años enterraron a algunos de sus vecinos y vecinas hagan lo propio. El próximo jueves, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid va a conceder una ayuda de 6.000 euros a la Asociación de Afectados por el Terrorismo 11-M para que pueda hacer frente a parte de los gastos del proceso. Seguro que es una cantidad pequeña, en comparación con la que necesita, pero seguro que entre varios ayuntamientos se conseguirá recaudar los fondos necesarios para que los afectados no tengan que empeñarse en la acusación de los asesinos de sus familiares. Bastante han pagado ya.
Mentiría si dijera que esta mañana, en la rueda de prensa que han dado Pilar Manjón y los representantes del gobierno municipal de Rivas Vaciamadrid no me he emocionado al ver a esa mujer digna, pequeña, llorosa, fuerte, sacar fuerzas de flaqueza y con una entereza digna de admiración reclamar a las instituciones el apoyo que les corresponde a la vez que lamentaba que pueda haber gobernantes tan miserables que condicionen ese apoyo moralmente obligatorio a la obediencia política.
“Con estos seis mil euros, al menos, podremos pagar los doscientos poderes notariales que necesitamos para que nuestros abogados nos puedan representar, y eso ya es mucho para nosotros, que somos en nuestra mayor parte trabajadores y trabajadoras que contamos con recursos escasos”, ha señalado Manjón, para agradecer el gesto de la ciudadanía de Rivas.
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Voces domadas
Y así es. Si eres catalán tienes que andar a todas horas diciendo si eres o no eres nacionalista, si defiendes o no y hasta qué punto la autonomía o la independencia, si quieres que los ciudadanos hablen una lengua o dos o tres. Como si en la conciencia del catalán las ideas hubieran sido desplazadas por las creencias y ocuparan un segundo lugar tras el compromiso con la lengua, la patria, la religión.
A los madrileños nadie les pregunta si son nacionalistas aunque los hay que lo son incluso más que la mayoría de los catalanes. Son los que ni siquiera saben que lo son, los que no necesitan leyes ni estatutos para vociferar e imponer su criterio, los que en cuanto les azuzan se crecen y con pasmosa seguridad atacan al contrario usando malintencionadas indirectas o ataques frontales, ominosas generalizaciones, acusaciones inventadas y, si se tercia, insultos. Baste como ejemplo la radio de los obispos.
Por suerte estas voces son pocas y sólo se oyen en periodos breves aunque intensos. El resto del tiempo le ponen sordina al rencor y en general se conforman con algún chistecito que cuentan como si fuera una inocente broma sobre sexo, política o religión, eso sí, siempre de catalanes. Pero es soportable, incluso divertido, por lo menos en Madrid, donde yo vivo tan a gusto desde hace años en un ambiente de vigorosa actividad cultural y de compromiso, y donde, como otros 100.000 catalanes más, gozo del valor añadido de todo catalán: ser una persona seria, dialogante, trabajadora y eficaz a la que se le dan todas las oportunidades. No es cierto que se nos acuse constantemente de tacaños, esto lo dejan para los chistes, pero el catalán recién llegado que no lo sabe puede acabar gastándose el sueldo en invitaciones, no sea que le cuelguen el sambenito de la mezquindad.
Hoy la situación no es buena. Se diría que en ciertos ambientes ha renacido ese sentimiento anticatalán de origen franquista que hibernaba soterrado en la aversión de unos pocos cuando CIU no hablaba del Estatut y apoyaba al PP. Ahora sin embargo es a veces insoportable. Algunos taxistas ya de por sí malcarados y reaccionarios, si descubren acento catalán en el habla del cliente no se cortan y le echan en cara con argumentos aprendidos de la COPE que los catalanes robamos el dinero de todos los españoles, que deshacemos el Archivo de Salamanca, que vivimos del gobierno central cuando nos interesa, y sacan a relucir las Olimpíadas cuyo éxito todavía no han digerido. Hasta creen que la lluvia, la lotería y el fútbol son muestras de insolidaridad. Igual ocurre a veces, aunque en versión más contenida, en cenas con gentes cultas que no parecen tener más tema de conversación que el Estatut que por supuesto no han leído.
El violento bombardeo de los medios vinculados a la oposición que sufrimos los españoles, es decir más de la mitad de los españoles porque el resto lo disfruta, se encona con los catalanes por más que Rajoy se haga fotos bebiendo cava catalán con bodegueros e industriales. Y así lo acusan las damas de las mesas petitorias de Rajoy que invaden hoy las aceras de Madrid al contestar afirmativamente cuando se les pregunta si recogen firmas contra Cataluña.
Hay que tener mucha flema para reaccionar como Josep Pla en San Sebastián cuando un policía fascista le oyó hablar en catalán y le preguntó “¿No conoce usted el idioma del imperio?”. “Sí señor, respondió él. ¿Qué quiere que le diga?”.
Seamos justos: la obsesión contra Catalunya tomó fuerza con la insólita proclamación de uno de nuestros políticos diciendo que no apoyaría Madrid como Sede de los Juegos Olímpicos. Comenzaron entonces a circular mensajes de ira y odio y listas de productos catalanes, y sobre ellos a la oposición le ha sido fácil montar su guerra con la clara intención de enfrentar el resto de España a Cataluña. ¡Esto sí es desmembrar España!
Y es que el PP acusa a los demás de lo que él mismo hace: ¿No quería modificar el Código Penal para que fuera encarcelado Ibarreche si seguía con su referéndum? Pues ahora va Rajoy y recoge firmas para convocar un hipotético e ilegal referéndum contra un Estatut, mucho más suave que el que propuso hace meses el propio Zaplana. Tampoco parece tener conciencia de que Navarra se rige por un Fuero que deja en pañales todas las financiaciones que se han debatido en el Estatut y tan independiente de España que la mitad de los ricos riquísimos del país están empadronados en sus Ayuntamientos. Y sin embargo ni Rajoy ni su prensa acusan a Navarra de insolidaridad.
También el PP dice defender la Constitución, aunque Aznar y los suyos estuvieran en contra, pero en cambio no parece aceptar la democracia parlamentaria que de Ella emana, porque moviliza un ejército de damas con sus mesas petitorias para que los españoles hablen prescindiendo de sus legales representantes en el Parlamento.
¡Ya cambiarán! me digo cruzando los dedos ¿Recuerdan los furibundos discursos de Álvarez Cascos contra la ley del divorcio? Pues hoy ya tiene dos en su haber. ¿No defendió Fraga la devolución del Archivo? Y no me meto con Piquer que bastante tiene con lo suyo. Tengamos confianza, se acabarán olvidando de nosotros.
Lo más difícil de olvidar, sin embargo, es otra ofensiva más dura para mí que las voces domadas por el PP, contra el Govern de Catalunya y su Estatut de ciertas personas que aunque se llaman de izquierda no saben de solidaridad. Son los que con el pretexto del Estatut ponen en marcha las inconfesables fobias o represalias que esconden bajo sus ciegos ataques, que de todas maneras también pagamos nosotros.
Rosa Regàs
www.rosaregas.net